Escudo del municipio de Vilamartín de Valdeorras: vendimia blasonada
En nuestra visita a Vilamartín de Valdeorras, donde trabajamos durante un par de meses con la finalidad de organizar y describir el archivo histórico del municipio, tuvimos tiempo para descubrir curiosidades y detalles sobre su evolución y su tradición. Una de las cosas que más nos llamaron la atención fue el escudo de Vilamartín, que guarda una gran relación con los acontecimientos históricos. Por ello, nuestro compañero Miguel Cutrín Mosteiro redactó un artículo sobre su fascinante creación.
Comarca de Vilamartín de Valdeorras
La calidad de los caldos de la comarca de Valdeorras, a los cuales se le otorgó la denominación de origen propia por orden ministerial en 1945, tiene una gran fama. De esta forma, de las cinco que son reconocidas a día de hoy en el territorio gallego, es la segunda, siendo superada tan solo por la Denominación de Origen de O Ribeiro (creada en 1932).
Como no podía ser de otra forma, la importancia del mundo del vino es patente en el Ayuntamiento de Vilamartín que, además de ser la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Valdeorras y de tener numerosos viñedos y varias bodegas, también cuenta con considerables ejemplos de uno de los elementos etnográficos más típicos de la comarca: las Cuevas. En este municipio existen un buen número de construcciones tradicionales escavadas bajo la tierra y que se pueden visitar en rutas y festividades de importancia enoturística local, entre las que destacan las Rutas do Viño en las Cuevas de Correxais, en las de Vilamartín y en las de Arcos.
Pero la finalidad de este artículo no es el enaltecimiento vitícola de Vilamartín. El vino es tan solo la guía que nos lleva al verdadero propósito de estas páginas: hablar de historia y archivística, concretamente de una serie documental muy interesante para el que escribe, pero en general bastante desconocida por los vecinos de cada ayuntamiento: los Expedientes de Emblemas, Honores y Distinciones.
Expedientes de Emblemas, Honores y Distinciones
Si nos ceñimos al manual, podemos indicar que “esta serie documental de escasa presencia (son relativamente comunes pero muy breves) engloba dos vertientes” y que su importancia es vital para los municipios.
Tipos de Emblemas, Honores y Distinciones
Como indicamos, esta serie documental contiene dos vertientes diferenciadas:
- Por un lado, “los honores y las distinciones concebidas como una diversidad de actos protocolarios encaminados a elogiar o a recordar actividades de personas e instituciones a favor de la comunidad local, como la concesión de emblemas, títulos o condecoraciones, así como la realización de nombramientos honoríficos como la de hijas/os predilectas/os”.
- Por otro lado, “los emblemas municipales dentro de los cuales habría que englobar todo lo relacionado con heráldica municipal y con los símbolos del Ayuntamiento, la aprobación del escudo y la bandera del municipio”.
Esta segunda y última percepción será en la que me centre para descubrir cómo se llegó a institucionalizar el blasón del Ayuntamiento de Vilamartín.
Elección de los símbolos municipales
La elección de los símbolos municipales es un momento crucial en la historia de todo Ayuntamiento, ya que marcará para el futuro las imágenes con las que será reconocida la identidad de su territorio. Los consistorios con una trayectoria histórica más marcada ostentan armas (como, por ejemplo, las siete que fueron capitales de provincias del antiguo Reino de Galicia), pero los municipios tal y como los conocemos hoy se crearon en la primera mitad del siglo XIX, y muchos no legalizaron sus escudos hasta hace un par de décadas. Este es el caso de Vilamartín.
Todo expediente de elección de emblemas municipales gira sobre una investigación previa que sienta las bases de los símbolos más propicios para representar la identidad regional. Para ello es imprescindible, por supuesto, la figura de un/a historiador/a. La elección tomada finalmente no está exenta de polémicas, oposiciones y desacuerdos, ya que los hechos históricos son valorados de forma personal por el experto escogido para el trabajo heráldico, siempre con una base objetiva y profesional, pero que puede no coincidir con la perspectiva de agentes locales, como ocurrió en el caso que nos ocupa.
Elección del escudo de Vilamartín de Valdeorras
La elección del escudo de Vilamartín de Valdeorras no fue un proceso fácil y exento de problemas. Así pues, encontramos varias etapas diferenciadas.
Bostezo del escudo
La primera etapa es la que corresponde con la creación del bostezo del escudo del municipio Valdeorrés.
Bases históricas
La memoria histórico – heráldica para la composición de las insignias de Vilamartín fue redactada en Ourense el 25 de septiembre de 1989 por el condecorado investigador Tomás Vega Pato (Manzaneda, 1938), conocido entre otras cosas por ser el normalizador del escudo provincial ourensano y el creador de su bandera. El análisis histórico llevado a cabo por Vega Pato se basa en tres puntos principales que transcribo a continuación:
- “Los vestigios arqueológicos prehistóricos o históricos relacionados con poblamientos, así como la romanización, en poco se diferencian de los Ayuntamientos limítrofes, por lo que no aportan datos diferenciadores válidos para nuestro propósito. Se exceptúan, sin embargo, la actividad minera aurífera con cierta incidencia en el término municipal: Valdegodos, As Barreiras, A Cova dos Mouros, etc.
- Los principales hechos documentados en el pasado constituyen la presencia del convento de los Trinitarios Descalzos en Correxais, mencionado en Madoz y en el Catálogo de los curatos y conventos de la diócesis de Astorga, publicados por Marcelo Macías. También aparece en las relaciones y en las cuentas referentes a operaciones de desamortización de la provincia de Ourense. En dicho convento se impartían enseñanzas de latinidad, filosofía, teología y moral. Otro hecho constatado es que los Condes de Lemos dominaron la zona y que tuvieron un castillo que en 1923 fue entregado por Pedro Enríquez a su esposa Violante.
- El cultivo de vid constituye una actividad agrícola tradicional en el municipio, siendo sus vinos de notable calidad.”
Representación en el escudo
Tras la exposición de los datos históricos más relevantes se da paso a la elección de la simbología más propicia para el Ayuntamiento en cuestión, siempre guardando respeto por las reglas y las tradiciones heráldicas. En este caso, la propuesta emitida fue la siguiente:
“Escudo medio partido cortado, 1º campo de oro, con una cruz latina de gules (rojo) y azur (azul). 2º de plata, con seis roeles de azur, puestos: dos, dos y dos. 3º de plata, con una vid de sinople (verte), arrancada, con sendos racimos de púrpura, sobre tres olas de azur. Al timbre corona real cerrada forrada de gules”
El blasón que podemos observar en la fotografía superior evoca, de esta manera, a los siguientes conceptos:
- La figura de cruz latina con fondo dorado hace referencia a los Trinitarios Descalzos y a la tradición aurífera de la comarca.
- La figura del segundo cuartel se relaciona con el importante linaje de la familia noble de los Castro, a la que pertenecían los Condes de Lemos.
- Las ondas azules representan el río Sil que atraviesa el municipio.
- La vid con racimos, el verdadero leitmotiv de este artículo, representa la gran actividad vitivinícola en la historia y la economía del territorio.
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Reacción ante el bostezo del escudo
Ante esta proposición del historiador Tomás Vega surge una discrepancia. Aunque no podemos identificar la identidad del autor, indica que: “Los seis roeles del segundo campo que pertenecen al emblema de los Castro (los Condes de Lemos), no creo que hagan un buen papel dentro del escudo (…), aunque si es de citar la calzada romana que cruzada el municipio de Oeste a Este, entrando por San Miguel de Outeiro y dejando el municipio por el término de Arcos. De la vía romana que fue construida sobre el año 80 de nuestra Era, estando de emperadores Tito y Dominiciano, quedan como vestigios un pequeño puente hecho con bloques de distinto tamaño y forma, cual fue construido para saltar a la desembocadura del río Leira en un lugar llamado popularmente A Venta Vella. De este modo, en el segundo campo del escudo, se encontrará un puente rústico visto desde arriba para poder ver la calzada que pasa sobre ella, que es uno de los datos más históricos que tiene el municipio”.
De esta forma, una vez hecha la proposición oficial y tomada nota de la discrepancia, se concurrió el 13 de octubre de 1989 al primer Pleno municipal donde se aceptó por unanimidad de los presentes los símbolos y el bostezo presentado por Tomás Vega Pato, pero haciendo una única modificación que consistiría en sustituir la divisa de los Castro por un puente romano, tal y como se observaba en la contrapuesta anónima que se acaba de mencionar.
Ante este movimiento del consistorio de Vilamartín, la postura del experto ourensano se mantiene inamovible, descartando la objeción bajo el hecho de que ni la calzada ni los vestigios romanos son elementos diferenciales válidos, ya que la cruza por toda la provincia y los elementos de origen romano existen en cualquier punto de Galicia, lo que añade que el puente actual al que se alude ni es romano ni guarda ningún vestigio de esa época (aunque admite que debió existir en el lugar que se indica en algún tiempo). La conclusión final es tallante: “El puente ‘rústico’ es inadmisible y el auténtico nos resulta desconocido”.
Aceptación del escudo y aprobación
Con la negativa profesional a la mudanza propuesta por el Pleno, se concurre a una segunda reunión el 12 de enero de 1990 ya que, en esta ocasión, sí se aprueban por unanimidad las armas propuestas por Vega Pato sin hacer ningún cambio con respecto al bostezo original, facultando a la Alcaldía para realizar los trámites precisos para adoptar oficialmente el escudo heráldico municipal. Este hecho culminará el jueves 8 de agosto de 1991, cuando se publique en el Diario Oficial de Galicia, nº 151, la aprobación del blasón por el Decreto 266/1991 del 30 de julio, dictaminando que el Ayuntamiento de Vilamartín “consideró conveniente adoptar su escudo heráldico municipal para perpetuar, con simbología adecuada y conforme las normas de heráldica, los hechos más relevantes y peculiares de su pasado histórico”.
Así, ponemos el broche final a este artículo, no sin antes hacer hincapié en que el escudo de Vilamartín no es el único que ostenta una vid en la heráldica municipal ya que, sin ir más lejos, el Ayuntamiento vecino de Larouco también contiene la estimada planta. Esto denota claramente la gran importancia que tiene en la tradición y en la economía de ambos Ayuntamientos de la comarca valdeorresa.
Esperamos que te haya gustado el artículo y que hayas aprendido un poco más sobre el mundo de los escudos y de la representación histórica que contienen. ¿Conoces alguna historia similar?
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